Es un error común en los cambios de época, medir lo nuevo o tratar de dominar lo nuevo con las herramientas que se tienen a mano que, por supuesto, ya están viejas. Remontémonos diez años atrás, cuando se estaban formando las primeras redacciones digitales. El modelo a seguir era el de las redacciones «de papel». Así se formaron redacciones en línea con habilidades similares a sus primas offline. Por ejemplo, una sala de redacción con 20 integrantes podía dividirse así: 16 periodistas, un «webmaster», dos diseñadores y un programador. Una redacción tradicional sólo cambiaba las cuatro sillas técnicas, repetía esa misma cantidad de periodistas, pero tenía dos diseñadores, un editor de fotografía y un corrector.
Entrando en el 2010, creo que las conformaciones de los nuevos medios digitales tendrían que tener menos periodistas y más especialistas en otros rubros. Por ejemplo, si me tuviese que mover con una plantilla de 20 personas, ya no elegiría a 16 periodistas, sino a 10. Los otros lugares, los repartiría entre programación, video y diseño. En el gráfico de abajo trato de mostrar como era ayer y cómo creo que serán mañana:
La pérdida de lugares de los periodistas ante las otras especialidades (diseño, programación y video) no significa menos periodismo. En el 2010 se supone que ya no debería hacerse como en el 2000, cuando a la redacción online se destinaba a los aprendices de periodismo, sino que habría que optar por el periodista con mayores habilidades (¿puede trabajar en un online alguien que no usa facebook, twitter -o la red social que aparezca mañana- o haya armado su propio video?).
Perogrullada: las redacciones online tienen que tener periodistas capacitados para la web y el resto dedicarse a otro negocio ¿Qué pasaría si nos quedamos sólo con los periodistas? Por lo pronto miles de data entries que pueblan los diarios harían piquetes interminables, dicen en Paper Papers. En la mayoría de los digitales la primera fase fue el reducto ideal del data entry. Las redacciones que comienzan ahora ya corregirán ese defecto. Si tuviese que comenzar una redacción digital de cero, con 10 personas, también sólo el 60% sería periodista.
En los esquemas graficados, eso es un plantel básico para una web que se proponga llegar al millón de usuarios únicos muy rápido y duplicarlo al año. Son cálculos que se han hecho en varios lugares, en los Estados Unidos y en España, Juan Varela, sostiene que el ratio de productividad debería establecerse alrededor de un periodista/50.000 usuarios únicos.
Para que no queden dudas de por qué es necesario menos periodistas (pero mejores) y más «procesadores de información», basta con ver qué se producía hace diez años en las redacciones digitales y qué se produce hoy (en azul), cuando las fuentes de información son similares:
Sin dudas, los periodistas del 2010 pueden hacer muchas más cosas gracias a la colaboración con los otros profesionales de la redacción. Incluso, esta división de colores debería conjugarse en «las sillas» de los periodistas. Ya no basta saber escribir más o menos claro, los nuevos periodistas deben leer más sobre diseño, sobre marketing, sobre redes sociales, sobre tecnología, por la sencilla razón que la mutación es imparable. Y todo eso, luego de leer política y economía.
Para entusiasmar a algunos de los chicos que recién comenzaban a trabajar en una redacción y no solían tener la «suerte» de encontrar una «primicia» o revelar algún suceso, solía decirles: «Las noticias que dan los diarios esconden mejores noticias aún. Mientras los otros periodistas van al cóctel o a la conferencia de prensa, hay que buscar la fuente o el dato que te distinguirá del resto». Ahora, en tiempo en que la noticia vale poco, la diferencia es saber mostrarla.
Los nuevos y mejores periodistas deberían entender enseguida que su texto es secundario si hay una mejor forma de exponer la información. Esos periodistas serán muchos menos, pero son otra especie distinta a los data entry (trabajo para el que fui bochado en el viejo diario La Razón, en uno de mis frustrados intentos por acercarme al periodismo en los ’80). Esos periodistas también van a cobrar mejores salarios. Para los empresarios parecen malas noticias, pero son buenísimas. Van a gastar el mismo dinero o más, pero con resultados diferentes.
Estos cambios en las redacciones, también van a operarse en los grandes monstruos que se resistan a morir. Ya apuestan que con un 10% de la redacción actual se podría fundar un new New York Times, que sea bueno y rentable.
En el 2010, tener un redacción digital con el 90% de periodistas, es como tener una hermosa bicicleta a la que le falta la cadena.