Guillermo Cantón es editor de fotografía de LIBRE. Y recién le acaba de mandar a sus contactos este texto sobre la elección de foto esta tapa:
Ayer tuvimos que elegir la foto de Candela para la tapa. No hubo dudas, era esa. No importó que fuese una foto ya vista, casera, pobre en su calidad técnica, era esa. ¿Por qué? Esa foto no deja dudas, es simple y clara, Candela era una nena inocente y hermosa. Hermosa como ninguna mujer e inocente como la nena que era. Y entonces pensamos en otra cosa que nos resulta insoportable, de la que no se habla y hasta nos avergüenza, esa foto de Candela es la imagen de la pureza. Por eso su crimen es más que un atentado a la vida, es un crimen a la promesa de la vida misma. Y eso es intolerable, por eso desborda y conmueve sin límites. Todos sabemos que hay otros crímenes, que hay otros niños desaparecidos, pero la foto de Candela sintetizó ese horror. Hay algunos escépticos que dicen que en poco tiempo nos olvidaremos de su nombre, tapados por otros casos similares. Es probable que nos olvidemos de su nombre, pero no nos vamos a olvidar tan fácil de su foto. No podemos olvidarnos de su pureza, prometamos no olvidarnos de la vida misma.